martes, 13 de mayo de 2014

García Márquez (Alejandro Martínez)

Gabriel García Márquez



Mostrando GGM 1.jpgGarcía Márquez nació en Aracataca el 6 de Marzo de 1927. Creció como hijo único entre sus abuelos y sus tías ya que fue abandonado por sus padres a los 5 años por irse a vivir al Sucre, donde Gabriel Eligio (Su padre) y Luisa Santiaga (Su madre) tendrán la mayoría de sus, en total 11 hijos.
Sus abuelos fueron personajes particulares que marcaron el periplo literario de García Márquez.

Su abuelo, Nicolás Márquez, veterano de la guerra de los Mil Días contaba infinidad de relatos de su juventud y de las guerras civiles del s. XIX. Además de llevarle a Circos y a cines, esto hizo que fuera una gran fuente de conocimiento para el pequeño.

Su abuela, Dña Tranquilina Iguarán contaba fábulas y leyendas familiares además de tener sueños que hicieron de ella una fuente de visión mágica, supersticiosa y sobrenatural de la realidad.
De sus tías fue Francisca quién tejió su sudario para dar fin a su vida, junto a Nicolás, que morirá en 1936.

Aprendió a escribir a los 5 años en el colegio Montessori de Aracataca gracias la profesora Rosa Elena Fergusson, de quien se enamoró.

En 1940, ingresó en el internado Liceo Nacional de Zipaquirá, donde, por las bajas temperaturas que se daban, fue toda una experiencia traumática, ya que tenía pánico la frío y lo ponía melancólico y triste.

En Zipaquirá tuvo como profesor de literatura entre 1944 y 1946 a Carlos Julio Calderón Hermida, a quien en 1955, en la publicación de La horajasca, le escribió esta dedicatoria:

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Carlos Julio Calderón Hermida
"A mi profesor Carlos Julio Calderón Hermida, a quien se le metió en la cabeza esa vaina de que yo escribiera"

Tras 7 años después de su ingreso al Liceo Nacional, presionado por sus padres, pasó a Bogotá a estudiar derecho, cuya carrera no era su pasión pero logró consolidar su vocación de escritor. En este mismo año (1947) publica su primer cuento: La tercera resignación. 

Permaneció en la Universidad sólo hasta el año siguiente, pues a consecuencia del "Bogotazo" (serie de revueltas violentas que se dieron en Colombia y que siguieron al asesinato de, en aquel momento, el congresista Jorge Eliécer Gaitán) la Universidad cerró indefinidamente. Luego, la pensión donde vivía sufrió un incendio, donde perdió muchas de sus obras y tuvo que pedir traslado a la Universidad de Cartagena.

A principios de los 40 comenzó a gestarse en Barranquilla una especie de asociación de amigos de la literatura que se llamó el Grupo de Barranquilla; su cabeza rectora era don Ramón Vinyes junto a José Félix Fuenmayor, que proponía los temas y enseñaba a los jóvenes escritores en ciernes (Álvaro Cepeda Samudio, Alfonso Fuenmayor y Germán Vargas, entre otros) la manera de no caer en lo folclórico.

Gabriel García Márquez se vinculó a ese grupo. Al principio viajaba desde Cartagena a Barranquilla cada vez que podía. Luego, gracias a una neumonía que le obligó a recluirse en Sucre, cambió su trabajo en El Universal por una columna diaria en El Heraldo de Barranquilla, que apareció a partir de enero de 1950 bajo el encabezado de "La girafa" y firmada por "Septimus".


El 2º de Octubre de 1982, García Márquez recibió una noticia en México que esperaba: La Academia Sueca le otorgó el ansiado premio Nobel de Literal, por aquel entonces se hallaba exiliado pues en 1981 el ejército colombiano quería detenerlo quería detenerlo en Colombia, donde se encontraba por una supuesta vinculación con el movimiento M-19 y porque había mantenido la revista Alternativa de corte socialista por 5 años.
La ceremonia de entrega del Nobel se celebró en Estocolmo desde el 8-10 de Diciembre. 

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Gabriel García Márquez recogiendo el premio Nobel con el Liquiliqui
Dos actos confirmaron el profundo sentimiento latinoamericano de García Márquez: Fue a la entrega del premio con un clásico liquiliqui de lino blanco que llevaba su ya difundo abuelo y que llevaban los coroneles de las guerras civiles. Con el discurso "La soledad de América Latina" (que leyó el miércoles 8 de diciembre de 1982) intentó romper los moldes o frases gastadas con que tradicionalmente Europa se ha referido a Latinoamérica, y denunció la falta de atención de las superpotencias por el continente. 

Dio a entender cómo los europeos se han equivocado en su posición frente a las Américas, y se han quedado tan sólo con la carga de maravilla y magia que se ha asociado siempre a esta parte del mundo. Sugirió cambiar ese punto de vista mediante la creación de una nueva y gran utopía, la vida, que es a su vez la respuesta de Latinoamérica a su propia trayectoria de muerte.

Con motivo de la entrega del Nobel, el gobierno colombiano, presidido por Belisario Betancur, programó una vistosa presentación folclórica en Estocolmo. Además, adelantó una emisión de sellos con la efigie de García Márquez dibujada por el pintor Juan Antonio Roda, con diseño de Dickens Castro y texto de Guillermo Angulo, a propósito de la cual el Nobel colombiano expresó: "El sueño de mi vida es que esta estampilla sólo lleve cartas de amor".

Después del Nobel, García Márquez se ratificó como figura rectora de la cultura nacional, latinoamericana y mundial. Sus conceptos sobre diferentes temas ejercieron fuerte influencia. Pero, quizás, una de sus más valientes actitudes fue el apoyo permanente a la revolución cubana y a Fidel Castro, la defensa del régimen socialista impuesto en la isla y su rechazo al bloqueo norteamericano, que sirvió para que otros países apoyasen de alguna manera a Cuba y evitó mayores intervenciones de los estadounidenses.

Tras años de silencio, en 2002 García Márquez presentó la primera parte de sus memorias, Vivir para contarla, en la que repasa los primeros treinta años de su vida. La publicación de esta obra supuso un acontecimiento editorial, con el lanzamiento simultáneo de la primera edición (un millón de ejemplares) en todos los países hispanohablantes. 

En 2004 vio la luz su novela Memorias de mis putas tristes. Tres años después recibió sentidos y multitudinarios homenajes por doble motivo: sus 80 años y el 40º aniversario de la publicación de Cien años de soledad. Falleció el 17 de abril de 2014 en la ciudad de México, tras de una recaída en el cáncer linfático por el que ya había sido tratado en 1999, pero nunca se olvidará a semejante personalidad de la Literatura Latinoamericana.
Y aquí os dejo su discurso en la entrega del Premio Nobel de 1982:



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