lunes, 10 de febrero de 2014

LA OBSOLESCENCIA PROGRAMADA(JOSE LUIS MADUEÑO LOPEZ Y PEDRO JOSE MENDOZA BUTRON)

 La Obsolescencia programada

Consiste en programar un aparato tecnológico para que dure un determinado tiempo, de manera que luego tengas que arreglarlo o sustituirlo. El producto dura un tiempo limitado hasta que se estropea y resulta inservible. Actualmente los fabricantes usan este método, ya que después, cuesta mas caro arreglarlo que sustituirlo.


Esto tiene su origen entre los años 1920 y 1930,cuando comienza una producción en masa de los productos de cada sector. Esto provocó que solo se comerciara con ciertos productos que luego durarían demasiado tiempo como para comprar un modelo nuevo o tener que mandarlo a la fábrica para arreglarlo.




Así que, en 1932 a Bernald London propuso terminar con la Gran Depresión con este método,es decir, con la obsolescencia de los productos. Con esto, quien comprara un producto que estuviera programado un tiempo limitado,obligaría de algún modo al consumidor a comprar un nuevo producto en un futuro. Es ganar a corto y a largo plazo, lo que garantiza el desarrollo de la economía a costa de los consumidores, ya que nunca estarán satisfechos con el producto.


El ejemplo mas claro de la obsolescencia tecnológica, es el de la bombilla, que en los años 30 tenia una vida útil de 5000 horas, y actualmente tiene menos de la mitad.

Pero aunque este método haga desarrollar la economía, es un gran problema que tiene su principal consecuencia en el medio ambiente, ya que la numerosa basura que se genera a causa de esta obsolescencia, hace que espacios naturales,que se localizan sobretodo en el tercer mundo, se conviertan en auténticos vertederos de máquinas. Esto provoca que gente que únicamente tiene un río como única fuente de sustento de agua, se conviertan en basureros, con lo que, evidentemente, no deja fluir de ninguna manera el agua.

En conclusión,debemos tener cuidado con el engaño que nos hacen creer las grandes empresas ya que los aparatos tecnológicos están programados para que seamos, a largo plazo, unos consumidores compulsivos.



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