Las siete maravillas del mundo
La
gran muralla china. La construcción de la
Gran Muralla China fue ordenada por el Emperador Qin para defender a su reino
contra las tribus nómades merodeadoras. La
parte de la muralla que permanece hasta hoy, formaba parte de la Ruta de la
Seda y fue construida durante la Dinastía Ming. Se extiende por unos 6.350
kilómetros. os ejércitos se acuartelaron a lo largo de la muralla para advertir
cuanto antes sobre una invasión y proveer una primera línea de defensa, con el
fin de que no robaran propiedades y escaparan de China. Después de la formación
de la Dinastía Qing, la muralla no tuvo ningún uso funcional. Entonces, se
convirtió en una fuente de materiales de construcción para las aldeas y pueblos
cercanos, que contribuyeron a su deterioro y destrucción.
Taj
Mahal (La India). Es un complejo de
edificios construido entre 1631 y 1654 en la ciudad de Agra, por el emperador musulmán Shah jahan de la dinastía mogola. El imponente conjunto se
erigió en honor de su esposa favorita, Arjumand Bano Begum. Combina elementos
de las arquitecturas islámica, persa, india e incluso turca. El
monumento ha logrado especial notoriedad por el carácter romántico de su
inspiración. Aunque el mausoleo cubierto por la cúpula de mármol blanco es la parte más conocida.
El coliseo de Roma ( Italia) Es un gran edificio situado en el centro de la
ciudad de Roma. En la antigüedad poseía un
aforo para 50000 espectadores, con ochenta filas de gradas. Los que estaban
cerca de la arena eran el Emperador y los senadores, y a medida que se ascendía
se situaban los estratos inferiores de la sociedad. En el Coliseo tenían lugar
luchas de gladiadores y espectáculos públicos. El edificio dejó de ser usado para estos propósitos en la Alta
Edad Media. Más tarde, fue reutilizado como refugio, fábrica, sede de una orden
religiosa, fortaleza, cantera y santuario cristiano.
Chichén
Itzá (Mexico). Chichén Itzá fue
fundada hacia el año 525 d.C. Las
edificaciones de Chichén Itzá muestran un gran número de elementos
arquitectónicos. La arquitectura masiva que ha llegado hasta nuestros días y
que hoy es emblemática del yacimiento, tiene una clara influencia tolteca. El
dios que preside el sitio, según la mitología
maya, es Kukulcán, representación maya de Quetzalcóatl, dios tomado del panteón de la cultura tolteca. Dicho esto, hay que considerar que Chichén Itzá fue una
ciudad o un centro ceremonial,
que pasó por diversas épocas constructivas e influencias de los distintos
pueblos que la ocuparon y que la impulsaron desde su fundación.
Cristo
redentor. La idea de un Cristo monumental, de brazos abiertos, surgió en 1921, en el
marco de conmemoración por los cien años de independencia de Brasil. Los
primeros croquis del Cristo fueron realizados por el pintor carioca Carlos
Oswald y el proyecto fue desarrollado por el arquitecto brasileño Heitor da
Silva Costa y llevó casi cinco años para ser concluido. La piedra utilizada
para el monumento de 38 metros de altura es la "piedra-jabón", por su
resistencia a los efectos el tiempo.
Machu Picchu. Según
documentos de mediados del siglo XVI, Machu
Picchu habría sido una de las residencias de descanso de Pachacútec (primerinca del Tahuantinsuyo,
1438-1470). Sin embargo, algunas de sus mejores construcciones y el evidente
carácter ceremonial de la principal vía de acceso a la llaqta demostrarían que esta fue usada como
santuario religioso. Ambos usos,
el de palacio y el de santuario, no habrían sido incompatibles. Algunos
expertos parecen haber descartado, en cambio, un supuesto carácter militar, por
lo que los populares calificativos de "fortaleza" o
"ciudadela" podrían haber sido superados. Machu Picchu es considerada
al mismo tiempo una obra maestra de la arquitectura y la ingeniería.
Petra. El
asentamiento de Petra se localiza en un valle angosto, al este del valle de la Aravá que se extiende desde el mar Muerto hasta el Golfo de Aqaba. Los restos más
célebres de Petra son sin duda sus construcciones labradas en la misma roca del
valle (hemispeos), en particular, los edificios conocidos como el Khazneh (el Tesoro) y el Deir (el Monasterio).
Fundada en
la antigüedad hacia el final de siglo VII a. C. por los edomitas, fue ocupada en el siglo VI
a. C. por los nabateos que la hicieron prosperar gracias a su
situación en la ruta de las caravanas que llevaban el incienso, las especias y otros productos de lujo entre Egipto, Siria,Arabia y el sur del Mediterráneo.
Hacia el
siglo VIII, el cambio de las rutas comerciales y los terremotos sufridos,
condujeron al abandono de la ciudad por sus habitantes. Cayó en el olvido en la
era moderna, y el lugar fue redescubierto para el mundo occidental por el
explorador suizo Johann Ludwig
Burckhardt en 1812.
Autora:Ana Belen Romero
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