Como todos sabemos, sin las
tecnologías hoy en día, seria muy complicado hacer las tareas que
diariamente solemos realizar. Como es realizar un trabajo, buscar
información o simplemente enviar un mensaje a una persona que esté
fuera de tu ciudad o país.
Cada día, son más los centros
docentes que incluyen en sus aulas ordenadores, portátiles o incluso
pantallas táctiles. Esto conlleva, a algunos centros
que,primeramente, introdujeron las tecnologías en sus aulas,se hayan
quedado atrasados a diferencia de los centros que las han incorporado
más tarde.
En las universidades, según la
facultad en que estudies, hay un ordenador por aula y este solo es
para el profesor que lo utiliza principalmente para exponer trabajos
a sus alumnos, teniéndose que llevar estos, sus propios materiales
tecnológicos para realizar los trabajos.
En los institutos, hay aulas TIC
que sirven a los alumnos para hacer trabajos. Hasta aquí bien, pero
si nos fijamos en los ordenadores son subvenciones que se concedieron
hace años. Con lo cual los ordenadores que hay están viejos.
La solución sería renovar cada
cierto tiempo las tecnologías, pero debido a la crisis y los
recortes presupuestarios del gobierno español, los centros se ven
obligados a seguir utilizando las tecnologías que poseen, y en
muchos casos, seguir estancados en el retraso tecnológico.
Este sábado
tuvieron lugar, en Madrid, las marchas de la dignidad. Estas
consistían en nueve columnas que partían desde distintos puntos del
estado hacia la capital, para protestar por los recortes y el
secuestro de la democracia que estamos sufriendo.
Al igual que mucha
gente, no hice la marcha entera por motivos más que obvios
(estudios), pero, me incorporé a la columna andaluza en la última
etapa.
Los tres autobuses
que partieron de Cádiz salieron a las once de la noche. Tras varias
horas de trayecto llegamos a Getafe, punto donde comenzaba la última
etapa, a las nueve. Desde las nueve a las diez, no paró la llegada
de personas para partir hacia Madrid. A las diez menos diez llegaron
los compañeros que habían hecho la marcha entera. Una gran ovación,
por parte de quienes nos encontrábamos allí, les recibió.
A las 10 comenzamos
la caminata hacia Madrid. Entre la gente se podía palpar la emoción,
y, es que ya de por sí la columna andaluza era una manifestación
multitudinaria. Uno de los momentos emotivo que vivimos fue cuando,
llegando al parque de bomberos, nos recibieron con todas las sirenas
y aplaudiéndonos. También, fueron muchos los docentes de hospitales
que abandonaron su puesto para apoyarnos y recibirnos.
Muchos de los coche
que nos veían pasar pitaban y sacaban el puño en señal de apoyo.
Conforme íbamos pasando por los barrios populares, muchos de los
vecinos se asomaban para animarnos, se vieron muchas tricolores y
alguna que otra andaluza, las cuales veíamos y respondíamos con
gran entusiasmo.
Cuando recién
acabábamos de llegar a Madrid, una mujer que se asomó al balcón,
no pudo contener la emoción, de ver a tantos andaluces desplazados
hasta la capital para exigir lo que es lógico, y rompió a llorar.
La mujer fue acogida por los manifestantes con un cálido aplauso.
A las tres, paramos
para descansar hasta las cinco, hora en la que la manifestación, ya
de todas las columnas, saldría de Atocha.
Llegué a Atocha a
las cuatro y media y ya no cabía ni un alfiler. A las cinco,
comenzamos a movernos entre gritos y consignas. Llegaríamos a Colón
a eso de las ocho, la manifestación había sido todo un éxito,
habíamos colapsado Madrid. La situación no era para menos ya que,
fuentes como la sexta, que no es que sea precisamente una cadena
propagandística de la izquierda, hablaban de dos millones de
manifestantes.
Lamentablemente,
antes de que acabara el acto final, la policía irrumpe en Colón a
base de palos. Venían a dispersar no se que disturbios, porque el
animo de la gente era totalmente pacífico. Probablemente, aquellos
disturbios fueron provocados por los muchos secretas infiltrados como
“radicales anti-sistema” ya que todo formaba parte de el
siguiente plan. Creamos disturbios con los infiltrados, empezamos a
cargar, la gente, que ya suficiente está aguantando con la gran
estafa que llaman crisis, se defenderá. Posteriormente, con la ayuda
de los medios de “des-información”, reducimos una protesta
multitudinaria de dos millones de personas (cifra que dejaremos en
cincuenta mil para redondear), en meros disturbios de radicales
anti-democrático. Por supuesto estos radicales no tendrán nada que
ver con los demócratas venezolanos y ucranianos, que quede claro.
Lamentablemente, lo
que parecía la jornada perfecta de lucha acabó así, con Madrid en
estado policial y multitud de detenidos. Por suerte, su represión no
nos parará, porque los que no tenemos nada, solo podemos perder las
cadenas.
Podrán cortar las
flores, pero no podrán detener la primavera.
Adolfo Suárez fue el fundador del sistema político que
ahora tenemos, la democracia.
La visión de futuro y la pericia procesal de Suárez
hicieron posible la conjunción de voluntades que dio lugar al
período constituyente y a la redacción por consenso de la
Constitución de 1978.
La gran biografía política de Adolfo Suárez se reduce
en realidad a este logro trascendental que duró poco más de cuatro
años y medio: arrancó en julio de 1976, cuando el Rey anunció su
designación de entre los tres candidatos que le había propuesto el
Consejo del Reino, y concluyó en febrero de 1981, cuando entregó el
testigo presidencial a Leopoldo Calvo Sotelo tras la horrorosa
convulsión del 23F.
El resto de su trayectoria carece prácticamente de
relevancia desde este particular punto de vista político ya que sus
incursiones posteriores en la vida institucional fueron poco exitosas
y en ningún momento pudo competir con los partidos instalados ni
mucho menos incrustarse en ellos.
Suárez
tuvo el acierto, en combinación con el Rey, de
improvisar
en once meses un magnánimo proceso de edificación institucional de
un régimen de libertades plenas a la vez que se construía en el
parlamento el gran marco jurídico del porvenir. Probablemente aquel
intento hubiera resultado fallido de no haber corrido a cargo de una
persona con grandes dotes democráticas de diálogo y consenso.
Y
éste es, en fin, su doble legado: la Constitución y el talante
democrático para vivir en democracia. En esta hora en que surgen
conflictos graves y se plantea la conveniencia de modernizar la
Constitución en lo accesorio para que perviva lo fundamental, la
referencia de Suárez es importante porque fue él quien aportó a
esta España la capacidad de diálogo, el talante respetuoso hacia el
adversario, la negociación incansable y la búsqueda afanosa del
consenso con la conciencia de que en cuestiones fundacionales sólo
la unanimidad en el origen garantiza la estabilidad.
Los resultados académicos de España
dejan mucho que desear, estándo muy lejos de los primeros puestos
del sistema educativo de la OCDE, superando globalmente a Italia,
Portugal, Grecia y Turquía. En la actualidad,
y según cifras de la OCDE, el fracaso escolar sigue siendo una
realidad amenazante con porcentajes de alumnado en torno al 25% que
fracasa en sus estudios o no logra una titulación al finalizar la
educación secundaria obligatoria (Lozano, 2003 y Ramo, 2000).
Esta preocupación
pasa al ámbito social, por haber una falta de rendimiento asociado
al mal funcionamiento del sistema educativo que a su vez es producido
por posibles disfunciones
de la sociedad.
El Programa para la Evaluación
Internacional de los Alumnos de la
OCDE, es un instrumento que tiene por objeto evaluar los
conocimientos adquiridos por los alumnos de 15 años.
La puntuación
media de matemáticas que alcanza
España es de 484, inferior al promedio de la OCDE (494p.) España
ocupa el puesto 25
en matemáticas de los 34 países de la OCDE.
La puntuación
media de comprensión lectora es de
488 puntos, 8 puntos inferior del promedio (496). España ocupa el
puesto 23/34.
Y la
puntuación en ciencias media es de
496, el mejor resultado de las tres pruebas que se dan, cinco puntos
por debajo del promedio (501). España ocupa el puesto 21/34
Déficit de atención con
hiperactividad (TDAH)
Problemas de visión/audición.
Se han de detectar estos problemas para
que el alumno no empiece a descolgarse del ritmo de sus compañeros.
Si no se hace, se pueden incluso dar diagnósticos erróneos que
pueden estigmatizar al niño, como "eres un vago" o "no
vales para estudiar".
Además de que los niños necesitan una
motivación para esforzarse, si se aburren, no
se querrán esforzar ni verán el sentido de las clases.
Fallos en el
sistema educativo
La falta de
apoyo en casa o económica para seguir los estudios (medios y
superiores) puede hacer que los alumnos no presten un rendimiento
óptimo o abandonen antes de tiempo su etapa
formativa.
Problemas
coyunturales
Además, todos
podemos tener altibajos en nuestra vida y etapas como sufrir
bullying, baches anímicos y acontecimientos externos que nos marcan
negativamente.
A veces no son más que períodos pasajeros que no suponen más
que pequeños tropezones que se arreglan en poco tiempo, pero otras
veces marcan más de lo deseable el aprendizaje.